“¿A poco
oraste por eso? ¡No es para tanto amiga!” Hace poco me dijeron eso porque yo
andaba estresadísima por un proyecto que tenía que entregar en el trabajo. Una
simplicidad para muchos, una súper preocupación para mí y ¡claro que había
orado! Y de no haberlo hecho quizá no lo hubiera logrado.
¿Cuántas
veces pensamos: “es algo sin chiste”? o “no vale la pena molestar a Dios por
estas tonterías”. Ayer leía sobre un hombre que se preocupó por haber perdido
su hacha y cómo Dios obró para que ésta apareciera (la historia es real y está
en la Biblia)… ¡sí! ¡un hacha! Y así hubieran sido las llaves, un lápiz, los
lentes o cualquier otra cosa, Dios hubiera hecho la obra tan simple y
sencillamente porque para Él también era importante como lo fue para el hombre
que la había perdido.
No son
tonterías, cada aspecto de nuestra vida, por pequeño y absurdo que parezca, si
es importante para nosotros, también es importante para Dios. Cada cosa que
tenemos, cada cosa que encontramos o perdemos, cada cosa que nos pasa es
importante para Él. Bueno, ¡hasta la cantidad de nuestros cabellos conoce! (y
esto también está escrito en la Bliblia).
Ahora que
lo pienso bien, cada cosa que mis hijos hacen es importante para mí. Me
preocupa un rasponcito y me emociono con una nueva palabra o un “simple”
dibujo. Como Padre, Dios está al pendiente de mí y de mis “cosas
insignificantes”. ¿No es maravilloso? Entonces la próxima vez que pierdas las llaves... o la cabeza, no pienses que "no es para tanto", piensa que para Dios lo puede ser todo.
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